¿Te has sentido alguna o muchas, muchísimas veces inadaptada/o al mundo en el que vivimos? ¿ Te has preguntado alguna vez qué hacías en el Planeta Tierra?

Yo sí.

Muchas.

Me he sentido fuera de lugar. Que no encajo con ningún grupo, ni en ningún estereotipo, ni con ninguna identidad.

Y es que, ¿hay alguna persona altamente sensible a quien no le resulte familiar esa sensación de profunda soledad?

El aburrimiento durante los planes con los amigos del colegio o de la universidad. Volver a casa sintiéndote más solo que antes de salir. No entender porqué la gente bebía cerveza con tanta naturalidad. Preguntarte si no había algo que los demás pillaban y que tú te estabas perdiendo.

El ambiente sintético de la oficina. Sentirte débil y juzgarte como incapaz por “no aguantar” la presión y ese estilo de vida, pasarte ocho horas sentado, las conversaciones monótonas con los compañeros a la hora de comer, o las desagradables luces blanco nuclear del edificio.

Frustrada/o por sentir que tus inquietudes y preguntas existenciales no tenían cabida en un mundo aparentemente frívolo, inauténtico, superficial. Donde pocos parecen preguntarse nada, dándole la espalda al daño que nos causamos los unos a los otros y a la naturaleza.

Y es que, no nos vamos a engañar. A veces es difícil y doloroso vivir en la Tierra de por sí. Pero el mayor dolor de todos es vivir no siendo tú misma/o. No siendo quién eres de verdad. Y aunque creo que aunque nunca llegamos a saber quiénes somos por completo, sí sabemos quienes no queremos ser. Qué vidas no queremos vivir. Y a qué vida le pertenecemos.

Y honestamente, no sé si la sensación de no pertenecer desaparecerá algún día por completo.

Pero si creo que se irá atenuando con el tiempo. Y creo que eso se consigue a medida que nos re-conocemos como las personas altamente sensibles que somos, honramos nuestras necesidades y validamos que nuestras percepciones del mundo y anhelos de vida son tan válidos y posibles como los del resto de personas.

Y elegimos vivir nuestros propios caminos, acordes a nuestros valores más profundos. Creando a nuestra medida nuestro sitio en el mundo.

Un lugar hermoso, único, e irrepetible.

Otro día

Otro día lluvioso. Otro día que pasa en el que siento que estoy perdiendo el tiempo.

Me invade la sensación de impaciencia, de urgencia, de que tengo que estar haciendo algo productivo con mis días.

¿Pero qué es algo productivo? Me vine aquí prometiéndome que encontraría mi camino.

Y hasta ahora, si me dejo llevar por las apariencias externas, poco he progresado.

No se cuál es mi voz. Todavía no la he encontrado. La escondí de mi misma. Quizás en eso consista esto.

Borrar y empezar. Enter, delete. Probar otra vez. Volver. De nuevo. Seguir comprometiéndome a través de los espacios que me ha concedido el tiempo.

El compromiso es un valor con el que sólo desde hace poco me estoy de verdad conociendo. Porque nunca me he comprometido a nada que fuera sólo para mí misma.

Hasta ahora. Ahora tengo todo el tiempo del mundo. Pero me enfrento a algo difícil, lidiar con el aburrimiento.

Siempre pensé que el aburrimiento era un enemigo temible. Pero creo que siempre venía a decirme, que mirara más profundo, más adentro.

Así que aquí estoy, mano a mano con la impaciencia, el compromiso y el aburrimiento.

Cuando me entere de más cosas, te las cuento.

I find myself writing this after deciding to strip off my clothes and getting back in my pijamas for the rest of the evening. An evening spent in bed. In the midst of an Irish winter. Winter of 2020, impregnated with a bizarre, unprecedented feel of death and unbelievable change.

I don’t know what to do, and I am tired.

For the last few months since I arrived here, I’ve kept myself busy. I know well how to do that. I am used to running around and filling my days with self-imposed obligations that, in reality, are irrelevant. And all of it in an attempt to avoid feeling my own discomfort. My own existential pain, which arises whenever I encounter difficulty.

And the truth is, I am navigating a difficult moment. I finished my masters degree this summer, and I moved to my boyfriend’s homeland in search of new adventures and opportunities. I had great hopes for my new Irish life: I am yearning to form a community of likeminded women, I want to reconnect with my creativity, and I want to find a job that is interesting, that gives me clues about what I’d enjoy to pursue in the future, and that is -somewhat- fulfilling. Not too much to ask, no?

And if I am being honest, there is a lot of pent up energy that has been storing and growing behind these desires. Lots of years of unmet needs, yearnings that I kept secret -even from myself- and frustrations that grew stronger under a well kept facade. Almost a decade of self-censorship, rebellion and search for meaning.

I don’t know where it all started, really, but at some point in my second year of college, I realised I didn’t know what I wanted and what made me feel happy and at home. I hated what I was studying, the set up of it all, and I couldn’t find common ground with almost anybody in my class. All of it made me feel terribly lonely.

I suppose it has all been a long-form initiation, which is culminating with what I am faced with today: I am now free. Free from the institutions that I felt oppressed by, and that made me believe I needed a degree and to aim for a certain way of living. Free from the load of obligation that forced my life force energy to suppress and retreat.

And now, here I am. Being presented with an opportunity to change the course. We all are, aren’t we? And maybe, you also feel like me: like a headless chicken running in no particular direction. And why? In my case, because don’t want to acknowledge how really fucking hard it is to accept that I don’t know, and that nobody is going to tell me what to do or what to look for. I don’t know. If I did, I would. But I don’t. And that hurts. It brings up worry. The weight of too much responsibility and self-demand I have persistently placed upon my own shoulders. What am I doing wrong? Was it irresponsible to move to Ireland? Was it a bad idea to study law? Was it even a worse idea to not pursue it once I finished college?

And then today I got it again, while looking at the dark sky on this winter evening: this is an initiation. A massive one. It is a walk into the dark, with no guarantees of any kind. I have to walk with eyes closed, wether I like it or not. I rebel against this fact, and yet the more I fight it, the harder it gets.

Knowing that I would go through a rite like this, I chose to come to Ireland because I didn’t want to get distracted. The fact is, subconsciously knew what I was coming for: I came to experience the darkness at its darkest, and to let it source me and even comfort me.

And the culmination of my previous life phase and its hardship has also granted me one thing, and that is courage. The courage to live, and to never hold back again from being who I am. And that is a process of discovery, which Ireland has generously provided the space for.

Space to wonder solitary landscapes, to breathe, and to let it, for a moment, all be.

Tu Vida

Tu vida fue concebida para que la vivieras.

No para que te quedaras detrás de la pantalla, pensando qué sentido tiene.

Para que superes una vez detrás de otra los límites de lo que piensas que eres,

para que hagas a veces lo imposible y a veces, lo necesario.

Tu vida fue diseñada para que ocupes enteramente el multifacético espacio que te ofrece,

no fue diseñada para que intentes controlar lo incontrolable.

No es el objetivo que te pases el día entero haciendo abdominales, observando una fachada en el espejo.

Cuando los hagas, que sea de todo corazón y respirando profundamente cuando reposas tras sudar la gota gorda,

disfrutando de la vitalidad que en tí producen, y el hambre con el que vas a comer!

A mí me gustaría llegar al final a la linea de meta con las suelas desgastadas, una cicatriz en las rodilla,

y el corazón rebosante de todo el amor que he sentido a lo largo del camino, y que me llevo conmigo.

 


 

Your life was designed for you to live it.

Not for you to remain behind the screen, thinking about its meaning.

For you to overcome one and once again the limits of that which you think you are.

For you to make sometimes the impossible, and sometimes whats needed.

Your life was designed so that you would occupy entirely the multifaceted space that it offers you,

it was not designed for you to try to control that which cannot be controlled.

It its not its goal to spend all day doing abs, contemplating a façade in the mirror.

When you do them, let it be with all your heart, and breathing profoundly when you are resting after sweating buckets,

enjoying the vitality that they ignite in you, and the hunger at lunch time!

I would like to reach the finish line with worn down soles, a scar on the knee,

and an overflowing heart with all the love that I have felt along the way, and that I will take with me.

 

 

Confía en ti

Sé que te parece que todavía no estás más que en los albores,

y que hay veces en que no encuentras la confianza dentro de ti.

Pero quiero que sepas que todo te apoya y que conoces la sabiduría de lo inexplicable,

mejor de lo que yo te pueda esbozar aquí.

Cada momento en que te aceptas tal y como eres,

tu corazón se abre, y te ayudas a expandir.

No necesitas más que la sagrada intención de escucharte honestamente…y sentir.

Me inspira

Me inspiran las personas libres. Quienes han dejado ya de escuchar  todo lo que no les guía en la dirección de su corazón. Quienes le sacan todo el jugo a la vida y que además, te contagian esas ganas de vivir. Quienes a través de su autenticidad, te permiten encontrarte con la tuya. Las personas libres de “sí mismas”; de todo aquello que se esperaría de ellas mismas en relación con su historia personal.

Me mueve la amistad. La generosidad humana de mis amigos. Quienes comparten conmigo la vida, sus penas y alegrías, con quien redescubrirme mediante la risa, y quienes amorosamente, me conceden un espacio y un soporte para crecer.

Me entusiasman las personas que viven con pasión y a corazón abierto, manifestando tremendo talento.

Me deleito con las obras de aquellos que tienen el coraje de compartir su creatividad con el mundo. Todas aquellas obras que tocan el corazón de uno, que llegan en el momento perfecto, que movilizan algo dentro, que me embelesan y me hacen admirar profundamente los cauces mediante los que se expresa esta existencia.

Agradezco, desde lo más profundo de mi corazón, a todos los maestros con los que hasta el momento me he topado que me han ayudado y me ayudan en el camino, a redescubrir quién soy y a recordar que hay otra forma de vivir, y que soy absolutamente capaz de vivir desde ahí.

Gracias a estas personas, aspiro a ser “mejor persona” yo misma, cada día. Significa esto para mi volver a vivir en amor, ayudando a quien me encuentre y quiera a hacer lo mismo. Significa esto superar los límites que un día me autoimpuse, regocijándome en todos mis talentos y apasionándome cada instante un poco más. Significa recordar que no sé nada y que a la vez, tengo todo lo que necesito, momento a momento. Significa reír cada día, y aprender lo que es la sincera humildad. Significa no tomarme nada (y sobre todo, a mí misma), nada en serio. Significa amar y agradecer mucho por todas las preciosas personas que hay en mi vida. Significa no olvidar que esta existencia es un milagro. Significa aprender a escucharme con mucha atención, volver a jugar, y a permitir a la Vida que me guíe. Por que la Vida misma, soy yo.

Tu vuelta a casa

Y así nos vamos perfeccionando.

Con cada door vital sentido hasta el final vuelve el talento por mucho tiempo enterrado.

Aparece la gratitud por haberlo navegado y haber avistado nuevos horizontes. Afloran cualidades que nunca habías creído presentes en ti mismo. Llega el abrazo de la ternura a tu vida.

Deja a la tristeza más profunda ser sentida. Respira. Confía en que también esto pasará, y reconoce que te encuentras irreversiblemente ya, en un proceso de preciosa transformación.

Adelante, amigo. Buen viaje, y compasión en el camino.

Blog at WordPress.com.

Up ↑